Mujer y Judaismo

                                                                    Ilustración: @sefira

¿Por qué cada día más mujeres participan en la lectura de la Torá en Simjat Torá?

En los últimos años, tal vez alrededor de 15, somos testigos del aumento significativo de grupos de mujeres que se reúnen en diferentes ocasiones del año organizando sus propios grupos de rezo y de lectura de la Torá. Decenas quizás centenas de grupos se reúnen para leer la meguilá de Ester en Purim, otros para realizar un servicio de shabat solo de mujeres por la llegada a las mitzvot de alguna joven, cuando festejan su Bat Mitzvá, etc.
Sin duda la cúspide de este fenómeno se presenta en Simjat Torá donde miles de mujeres reclaman ser parte activa del festejo, pudiendo manifestar la alegría verdadera en el espíritu en la Torá, la cual estudian y respetan y cuyas normas practican y cumplen todo el año.  Este reclamo ha derivado en diferentes modelos de acción desde las tradicionales Hakafot en la ezrat Nashim –el espacio reservado en la sinagoga para las mujeres-, con o sin Sefer Torá, de acuerdo al ritmo que va estableciendo el sector masculino,  pasando por sinagogas que de antemano establecen dos espacios físicos delimitados por género. Por ejemplo las mujeres en la parte central de la sinagoga  y los hombres en la calle, cada grupo con sus Sifrei Torá y sus cantores o cantoras, realizando las Hakafot, hasta grupos de mujeres que encuentran en lugares independientes, sean, sinagogas, colegios, yeshivot o centros comunitarios, para realizar todo el rezo de la festividad, ser llamada  cada una de las presentes a la Torá (según la costumbre de muchas comunidades el día de Simjat Torá son llamados a la Torá todos los presentes)  y realizar las tradicionales hakafot. Este fenómeno poner de relieve la participación activa de la mujer en el mundo de la Torá por un lado y la pertenencia de la Torá a todos y cada uno de los miembros del pueblo por el otro.
En la parashá que leemos para concluir la lectura anual de la Torá leemos el versículo:
“Torá tzivá lanu Moshé morashá kehilat Yaakov” Devarim 33,4
“Una ley nos dio Moisés, Una herencia para la asamblea de Jacob”  (Deut. 33,4).
El versículo presenta dos aspectos fundamentales, la Ley por un lado, la norma, el código de conducta y por el otro la herencia para comunidad, hecho que no está ligado al estudio sino a una experiencia vital y afectiva de pertenencia. La Ley y la comunidad van de la mano. La Torá es la herencia del pueblo todo, no sólo de un sector. No pertenece solo a los sabios, sino también a los ignorantes, no solo a los ricos sino también a los pobres, no solo a los religiosos sino también a los seculares, no solo a los hombres sino también a las mujeres. Por eso el regocijo es de todos.

Sobre lo cual dice Jana Safrai “En la parashá Vezot Habrajá no dice Bnei Israel (los hijos de Israel) sino Kehilat Yaakov (la Asamblea, la Congregación, la Comunidad de Israel). Y nosotros hombres y mujeres comprometidos con el mundo de la Torá, tanto en la vivencia directa como en estudio y el cumplimiento de la Ley – todos debemos procurar no caer en una de las dos posibilidades, sino que debemos transitar por ambas. Convertir el fuego de la Torá en la llama que conduce y alumbra a todas y todos los miembros de la comunidad.
Así debemos entender la explosión en aumento de grupos de mujeres (que podemos llamar minianim de mujeres) que se reúnen a leer la Torá en Simjat Torá. Es una exigencia de ser socias en la comunidad en la experiencia de la Torá y su alegría. Miles de mujeres judías reivindican para sí y para sus hijas el derecho, pero también la obligación de participar en los actos tradiciones de la Torá y verter en ellos nueva formas (y fundamentalmente muchas nuevas socias) y convertir la Torá en la herencia de toda la Asamblea de Yaacov.  Contra aquellos que plantean que este no es el camino tradicional que heredamos de nuestros abuelos, repetimos que justamente Simjat Torá es el momento apropiado e importante para verter nuevos-viejos moldes y exponer a las hijas de Israel a la riqueza y la felicidad de ser parte de una comunidad de creyentes, que rompe las vallas y enriquece a Israel, atrevida en su camino pero unida por el cordón umbilical a la tradición de Israel y sus mandamientos”[1]

[1]Tomado de: Jana Safrai – La lectura de la mujeres en la Parashá  Vezot Habrajá como expresión de la conjunción de la vivencia y la tradición- Sefer Haasor leKolej., pág.  33.

 

Chana Safrai Jerusalén , 1946 -,  2008 
Considerada una experta en el campo del judaísmo rabínico y del Período del Segundo Templo, en particular en lo relativo al área de la mujer y experta en la relación entre los escritos sagrados del judaísmo y el cristianismo. Realizó numerosas publicaciones, incluyendo ser co-autora del midrash judío-helénico del filósofo Filón de Alejandría.
 Safrai estudió la historia judía y griega antigua, el Talmud y la historia religiosa de la Antigüedad helenística en la Universidad Hebrea de Jerusalén y en la Universidad de Harvard.
En 1991 , obtuvo su doctorado del profesor Yehuda Aschkenasy (1924–2011)  en la Universidad Católica de Teología en Ámsterdam para la disertación Mujeres en el Templo. El estatus y el papel de las mujeres en el Segundo Templo de Jerusalén.

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