Por Ethel Barylka
Moshé continua con su discurso delante del pueblo. Se detiene en los detalles de las normas y los mandamientos. Y al venir a explicar sobre la observancia de los mandamientos de Dios, está escrito:
Todo cuanto os ordeno, eso cuidaréis de hacer; no añadiréis a ello ni quitaréis de ello nada. Devarim 13: 1
Sin duda no se trata de un asunto trivial. Uno de los desafíos más importantes y permanentes de quien intenta cumplir los mandamientos es la exigencia de respetar la medida exacta de los mismos No menos, no mñas. No menos, aparentemente es claro, ya que, si uno hace menos de lo necesario, obviamente no está cumpliendo, Pero ¿por qué no más? Los «buenos» sin duda querrán mejorar y agregar a lo que se nos pide. Sobre esto ya se ha dicho «5 filacterias en el tzitzit, 5 especies en sucot, 4 bendiciones de los sacerdotes» o sea, que en el momento que agregas a lo pautado deformas y tergiversas el mandato. Najmánides trae al respecto una explicación que apunta al centro del asunto así como a la naturaleza del espíritu humano. Cuando el hombre se deja llevar por el entusiasmo y el éxtasis religioso o místico corre el riesgo de traspasar el límite de aquello que Dios le ha ordenado. Guiados por el exaltación místico pueblos enteros condujeron a sus hijos al sacrificio, y no sólo en el período bíblico. «No procederás de modo semejante para con el Eterno, tu Dios, porque toda suerte de abominaciones, las cuales aborrece el Eterno, han hecho ellas a sus dioses; pues ellas queman para sus dioses a sus hijos y a sus hijas». Devarim 12, 31 |
Por lo tanto, según la opinión de Najmánides esta es la intención de la Torá «advertir acerca de los sacrificios y el servicio en el santuario para que no agregues nada y para que no disminuyas nada».
Llama la atención que junto a esta exigencia de exactitud aparece en la parashá varias veces la expresión «lo recto y lo bueno a los ojos de Dios», «harás lo recto a los ojos de Dios» (Devarim 12;25), «porque haras lo bueno y la recto a los ojos de Dios»( 12:28), «Hacer lo recto a los ojos de Dios» (13:19).
«Lo bueno a los ojos del Cielo y lo correcto a los ojos del hombre, dice Rabí Akiva. Y Rabí Ishmael dice: lo correcto a los ojos del Cielo y lo bueno a los ojos del hombre como está dicho: y hallarás gracia y buena opinión en los ojos de Dios y de los hombres. Proverbios 3:4
Aún si vemos que no coinciden las opiniones acerca de esto, queda claro que no se trata de una media estricta sino de una medida relativa. Se trata de dos categorías que no pueden medirse con exactitud y dependen de la subjetividad humana. ¿Qué significa «lo recto o lo correcto» a los ojos del hombre?
Dice Torá Temimá lo que el hombre ve como bueno puede llamarse solo correcto porque el hombre no sabe y no ve la finalidad de todas las cosas. Esa capacidad excede lo humano.
El hombre sabe que es lo correcto. ¿Es la intención hacer el bien? No lo sabemos. Tal vez debería alcanzarnos con saber y hacer lo correcto. De esa manera toda la sociedad humana, gozaría de más bendición.