Mujer y Judaismo

Shir haShirim
Primera Entrega
Paloma Mía

Por Gladys Fernández

Una vez más la Meguilá se vuelve a abrir y Hashem nos permite descubrir miradas diferentes. Pesaj se aproxima y Shir haShirim está dispuesta a cruzar el Iam Suf con todo aquel que esté dispuesto.
Tan solo un tiempito atrás escuché un Shiur donde los sabios nos enseñan que todo el Tanaj podemos usarlo como un tazón con su agarradera y a través de esta imagen podemos usar la Meguilá como esa agarradera que nos lleva a crear puentes e investigar en la Torá.
Me quiero detener en una sola palabra de Shir Hashirim y es la palabra “paloma”. (Shir haShirim 5:2) “ Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía…”
El Midrash Shir Hashirim Raba 2.14.3-6 nos habla sobre el versículo “ Oh paloma mía, que estás en las hendidura de la peña…” el Rabino Eleazar resuelve este versículo llevándonos a Ietziat Mitzraim, el Éxodo de Egipto, donde la “paloma” de Shir Hashirim es el pueblo de Israel escondido en la peña, a la orilla del Mar Rojo para que los egipcios no los vieran y los atrapen.
Mientras tanto Rabi Akiva lo resuelve en relación a Am Israel, el pueblo de Israel, frente a Monte Sinaí, o, mejor dicho, debajo de del Monte Sinaí esperando y figurativamente obligado a aceptar los Azeret hadibrot, los Diez Mandamientos.
Hoy frente a esta paloma me atrevo a crear una nueva agarradera ante mí, y conectar esta paloma con los korbanot, las ofrendas.
Miremos por un instante Vaikrá 5:7:
“Pero si sus recursos son insuficientes para una oveja o una cabra, que lleve a Hashem, como ofrenda de culpa por la falta cometida, dos tórtolas o dos pichones de paloma, uno para ofrenda Jatat y el otro para ofrenda Olá”.
Este capítulo nos habla del Korbán Olé Veiored. Esa ofrenda que varía de acuerdo a las posibilidades económicas de quien cometiera la falta.
Si vamos a Rabi Eleazar que plantea que Am Israel era esa paloma me lleva a pensar que solo podemos hablar de Am Israel como una paloma, sin recursos de ningún tipo, que tenía que salir de Mitzraim de inmediato sin hacer demasiados cálculos, como esclavos, del estado espiritual más bajo que cualquier humano puede estar. Am Israel podría decir es el korban, la ofrenda, delante de Hashem frente a Iam Suf que parece va a tragarlos, pero ante el brazo de Moshe las aguas se abren y se convierten en muro para que el pueblo comience el camino a la libertad.
Por otro lado, si tomamos a Rabi Akiva donde nos presenta a la paloma de Shir Hashirim en Matán Torá, podemos volver a observar que esa paloma que había salido de Mitzraim apenas 49 días atrás, vuelve a presentarse ante Hashem indefensa “debajo” de Har Sinai, como si el mismo monte la obligaría a aceptar los designios del Creador. Ese korban indefenso, ahora ya transitó 49 días por el desierto y está listo a ser sacrificado o a unirse con el Creador de manera inseparable para siempre jamás. Ese korbán, esa paloma ya transitó un camino y 3 días antes de Matán Torá, la entrega de la Torá, se purifica (Shemot 19:10) y está lista para convertirse en la amada, en la esposa que nos habla Shir Hashirim.
“He venido a mi huerto, oh hermana mía, esposa mía, amiga mía, paloma mía, inmaculada mía.
Entonces sí, puedo decir que mi agarradera se tomó de la Torá y unió a Rabi Akiva y a Rabi Eleazar. Ellos nos hablan de la misma paloma en dos momentos diferentes y a través de los puentes que vamos creando a través del estudio podemos unirlos gracias a Shir Hashirim.

Galia Fernández

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