Por Ethel Barylka

El momento culminante del drama de la familia de Yaakov se desarrolla ante nuestros ojos. Después de un proceso nada simple, todos los miembros de la familia llegan a un cambio significativo en sus conductas, a una reparación, a poder elevarse sobre el instinto de su ego y al odio, para acceder a un estado de empatía con el otro.

Cuando Yosef se confiesa ante sus hermanos, repite en ese encuentro una misma pregunta de diversas maneras: si Yaakov su padre vive: “dijo Yosef a sus hermanos: Yo soy Yosef; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él” (Bereshit 45: 3).

Esta frase resulta desconcertante. ¿Qué significa «Yo soy Yosef»; ¿vive aún mi padre?».

Yosef sabía que su padre estaba con vida ya que en su primer encuentro con sus hermanos estos le dijeron: “Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre…”. Y cuando Yosef preguntó cómo estaban, y dijo: “¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, está bien? ¿Vive todavía? Y ellos respondieron: Bien va a tu siervo nuestro padre; aún vive. Y se inclinaron, e hicieron reverencia” (Bereshit 43:27-28).

También cuando Yehudá habló al corazón de Yosef recordó el hecho que su padre vivía “Y nosotros respondimos a mi señor: Tenemos un padre anciano, y un hermano joven, pequeño aún, que le nació en su vejez; y un hermano suyo murió, y él solo quedó de los hijos de su madre; y su padre lo ama” (Ib. 44:20).

Y, también agregó: «Porque ¿cómo volveré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre» (Ib. 44:34).

Los comentaristas abrieron diferentes líneas de análisis. Isaac Karo nos dice en su obra Toldot Itzjak «junto con su exclamación yo soy Yosef, dijo, nuestro padre vive, para decir que ni siquiera el malvado Esav consideró matar a su hermano en vida de su padre. «Y aborreció Esav a Yaakob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Yaakov» (ib. 27:41).

Las palabras «todavía vive nuestro padre» vienen a dividir entre las dos partes del encuentro, para que sus hermanos no sientan que él desea matarlos, por lo menos mientras su padre esté con vida.

El rabino Baruj Epstein, dice en su «Torá Temimá» (1902):  «La pregunta si el padre sigue vivo, es formulada después de ver que negaron la existencia de él mismo (Yosef) y decían que estaba muerto … entonces ya no estaba seguro si lo que habían dicho que su padre estaba vivo  era garantía de que no estuviese muerto, ya  que tal vez ellos también tenían algun propósito en eso, tal vez para despertar su misericordia ante  su vejez u otra razón, y por lo tanto ahora, en esta reunión, les pide que digan la verdad ”(Ibid,  Notas en Bereshit 45:3).

Yosef sabe que la gente es capaz de decir mentiras horribles como cuando los hermanos mintieron a Yaakov sobre su propia desaparición, y no estaba seguro de que el cambio ya se había producido en el corazón de los hermanos.  Está dispuesto a hablarles abiertamente, cosas que surgen del corazón, pero antes de eso, quiere estar seguro de que hay frente a él personas honestas e íntegras.

Otra perspectiva nos presenta Sforno diciendo: «¿Vive aún mi padre? No es posible que no haya muerto de preocupación por mi». O sea, que puede entenderse esto no como pregunta sino como exclamación. Yosef está sorprendido, según esto, de que su padre no haya muerto de dolor y de pena. ¿Hay en esta expresión algo de rencor escondido?

«y podemos decir que la expresión «vive aún mi padre» manifiesta sorpresa por el hecho que tuvo la fuerza de sufrir la agonía y el dolor por mi pérdida a tal punto que aún está vivo» dice el Rab. Baruj Epstein, y parecería que será esto lo que también incline el corazón de los hermanos.

Este punto nos presenta una nueva dimensión psicológica. El hijo que fue vendido por los hermanos, está un poco enojado, está un poco sorprendido que la vida de su padre haya continuado a pesar de la pérdida, a pesar del trauma, que él mismo sufrió. ¿Cómo es posible?  Acaso sobre Biniamin mismo no le dijo Yehudá: «… Ahora pues, cuando yo vuelva a mi padre, tu siervo, y el muchacho no esté con nosotros, como su vida está ligada a la vida del muchacho, sucederá que cuando él vea que el muchacho no está con nosotros, morirá. Así pues, tus siervos harán descender las canas de nuestro padre, tu siervo, con dolor al Seol… Pues, ¿cómo subiré a mi padre no estando el muchacho conmigo, sin que yo vea el mal que sobrevendrá a mi padre?  Bereshit 44: 29-34

Si es claro que morirá de pena ahora, ¿cómo no murió de pena entonces? Podemos imaginarnos a Yosef enojado y amargo.

Pero prestemos atención que la confesión de Yosef, viene después de oir a Yehudá. El argumento de Yehudá está basado en el amor y la responsabilidad y es ante este que el Yosef abre su corazón. Parecería que ha llegada la hora en que todos se despojen de los ropajes de la trama y la manipulación, del enojo, el odio, y la envidia para conectarse con lo profundo del alma, ser auténticos y sinceros. Abrir sus corazones al amor, a la aceptación de la diversidad entre ellos, hacerle lugar uno al otro en la familia.

Yosef llora y con su llanto trae sosiego a su alma. En el encuentro con su padre está escrito: «se echó sobre su cuello y lloró largamente sobre su cuello» Bereshit 46:29. Según algunos de los interpretes Yosef llora sobre el cuello de su padre como un hijo que anhela el abrazo paterno, y se permite por fin expresar sentimientos de amor en lugar de la ira,  y según otros Yaakov es el que llora y dice «Ahora ya puedo morir, después que he visto tu rostro y  que todavía vives» Bereshit 46:30.

Sólo he sobrevivido porque tenía la esperanza de verte. Expresión que deshace todo resto de irritación, si aún había, del corazón de Yoserf. Yaakov, que ha sufrido durante todos los años de separación de su hijo, puede por fin expresar su amor sincero.

Algo en el corazón de todos cambió.

Ahora cuando están dispuestos a respetar, amar y aceptar al otro, hay posibilidad de que la familia vuelva a reunirse.

 

Publicado 2013

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