Mujer y Judaismo


Por Lina Abadi, México
Ilustración: Sefira Creative

“Ayúdame a darle significado a este Kippur” – Me acerque a ti para comentarte el miedo que sentía de no encontrarle sentido por primera vez en mi vida a este día que ha sido siempre tan importante y significativo  para mi.

Kippur desde que era chica era todo un ritual en mi vida, estaba basado en la tradición de cenar con la familia, caminar a la sinagoga durante años por la noche con mi mamá. Encontrarme con la misma gente, en el mismo lugar. El rezo, esas melodías se reconocen, que despiertan emociones. Hacer un recuento  de todo lo que había pasado durante ese año en mi vida, los cambios, las pérdidas, los logros. Agradecer, pedir, reflexionar y sentir. Regresar caminando a casa de mi mamá. Y al otro día volver a la sinagoga para rezar, para conectarme de nuevo y ver el reloj para contar las horas que faltaban, escuchar el shofar y llegar a la cena familiar con roscas y el té negro para romper.

Si este año nada de eso iba a existir por la pandemia, entonces ¿Qué significaba kippur en esta ocasión para mi? ¿Qué sentido tenía?

No quería caer en ayunar solo por el miedo a romper el ayuno. Cómo darle un significado sola y en casa. Sin rezo, sin melodías, sin familia, sin poder escuchar el shofar. Si toda esa tradición no iba a existir ¿Cómo vivirlo desde un lugar que tuviera sentido para mi?

¿Cómo llenar tantas horas sabiendo que el compromiso conmigo desde chica en este día ha sido tener que reflexionar sobre el Perdón, no tener otras actividades,  no conectarme a al celular para otras cosas, no trabajar. Enfocarme en este día todos los años de mi vida era fácil cuando lo de afuera lo sostenía. ¿Pero cómo sostenerlo ahora sola, sin nada de esto?

Ese fue el reto. El que nadie me dijera cómo encontrar el sentido, sino buscarlo yo, encontrarlo en mi. Quizás fue con ayuda del libro “Los límites del perdón” de Simón Wiesenthal que me recomendaste. El cual me ayudó a cuestionarme sobre el perdonar y perdonarme, sobre la existencia, el sentido mi judaísmo, mis vínculos, mi familia, mi identidad. Al final me di cuenta que todo aquello que buscaba afuera se encontraba dentro de mi. Que a veces hace falta parar y dejar que otros te resuelvan y resolverlo uno. Una lección que me ha dado la pandemia y que me lo dio Kippur también:  Frenar, encontrarme conmigo , cuestionarme y resignificar. Darle un valor sin el afuera a lo que tengo dentro … Y puedo decir que fue el mejor Kippur que he pasado . El que menos hambre me dio y el que más llena me sentí. El significado del perdón, de mi vida, mi existencia,  en esta ocasión tuvo un valor que no lo dio el rezo,  ni la reunión con la familia, ni la tradición de cada año.  Por lo cual tuvo mayor peso, mayor sentido. Regresé a mi… y ahí encontré lo que otros años cómodamente me lo daba el afuera. En esta ocasión tuve la satisfacción de encontrarlo en mi.

 

 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *