Mujer y Judaismo

Ethel Barylka

 

Mוuchas veces leemos las dos parashot de Matot y Masei juntas, dos parashiot conectadas, cuyo tema principal es la travesía con Israel en el desierto, antes de llegar a la Tierra Prometida. Parashat Matot inicia en el tratamiento de los votos, término que puede traducirse como promesas que una persona hace sobre sí mismo, y que es obligatoria, y parashat Masei se abre con una descripción detallada de los viajes del pueblo en el desierto.

Los 37  versículos de la apertura de parashat Masei están detallan el deambular del puebo por el desierto (ver: Bemidbar 33:1-37) “Estas son las etapas de los israelitas, que salieron de Egipto por cuerpos de ejército, a las órdenes de Moisés y Aarón…” 31 de estos versículos comienzan con el  verbo “Vaisu” – “y viajaron”.
¿Y por qué encontraron las Escrituras tan importante este detalle tan puntual? ¿Es este un registro histórico del camino de nuestros ancestros en el desierto que deberíamos recordar? Si es así, la lista parece más un recordatorio y una pista que un documento histórico, ya que solo se mencionan los nombres de los lugares, y no hay detalles de los eventos más o menos importantes que tuvieron lugar en todas y cada una de las estaciones. Muchos se tomaron la molestia de dibujar la ruta en el mapa y tratar de entender el progreso y los zigzagueos en el camino.

Está claro para todos que era posible salir de Egipto en un viaje único y continuo, entonces, ¿para qué se necesitaron esas 42 travesías? Si el punto de suposición en nuestra lectura es que todo en la Torá es meticuloso y significativo como lo observa Maimónides, “Ten en cuenta siempre que encuentres en la Torá un relato que necesariamente encierra su utilidad para la enseñanza. Sea que nos confirma algunas de las ideas fundamentales de la misma, ora nos dicte una norma de conducta, para que no se produzca entre los hombres ni violencia reciproca ni injusticia…     cuando hechas a ver relatos en la parte no legislativa de la Torá, te parece, en ocasiones que tal o cual no era necesario haberlo incluido, o que tiene repeticiones o amplificaciones,  la razón es que tú no has sido testigo de los pormenores que han motivado la redacción tal aparece. De ese orden es la enumeración de las estaciones…” (Guía de Perplejos Parte III, Capítulo 50)
Este detalle puede implicar que debemos concentrarnos en el camino y no solo en la meta. Demorarnos con los detalles del camino nos enseña lo importante que es. Algunas personas piensan que solo la meta es relevante y, por lo tanto, cualquier forma legítima es un medio que santifica la meta. Hay quienes entienden que no todas las formas son legítimas. Porque toda su vida y energía se dirige solo a lograr el objetivo en una especie de ilusión de que cuando llegue al mismo, todo se resolverá por su cuenta.

Cuando el pueblo llegue a la Tierra Prometida, todo se resolverá por sí mismo. Cuarenta años del desierto no fueron solamente un castigo sino un aprendizaje significativo. El pueblo debe entender la importancia del camino. La persona debe aprender que el significado no es solo llegar al destino, sino que el camino es no menos importante. El camino también es parte del destino. Este asunto adquiere mayor relevancia si recordamos que la mayoría de las personas que salen de Egipto no llegarán a Israel, por lo que se requiere encontrar el significado precisamente durante su estadía en el desierto inhabitado, incluso cuando saben que no ingresarán a la Tierra de Israel.

Una vez que emprendemos el camino correcto para lograr el objetivo correcto, el camino también se ve diferente. En las observaciones del rabino Kuk en Ein Ayah de Masejet Brajot 59 “Aunque el que cree que solo con su supuesto propósito a su llegada descansará, se confunde con la esencia del propósito, que cree que es lo que dibuja en su imaginación al estar lejos de él, y no entenderá que cuando se acerque a él se reflejará otro gran círculo de un nuevo propósito más sublime”. Un movimiento incesante hacia lo más elevado, hacia lo más excelso, hacia lo verdadero. En esta búsqueda de vida, cada llegada es también un comienzo. Cada logro, es una señal a la continuación. Llegar a la tierra prometida no es suficiente por sí, la pregunta de cómo has llegado, no es menos relevante.

1 Comment

  • La remisión de cuentas – Mujer y Judaismo, 5 August, 2021 @ 12:49 pm Reply

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