Mujer y Judaismo

por Chana Bracha Siegelbaum                                           Imagen: Oly Bramson

Participar activamente en el Seder de Pesaj es una mitzvá importante para las mujeres, ya que la salida de Egipto se llevó a cabo “por el mérito de las mujeres piadosas…” (Talmud de Babilonia, Sota 11b). Tal vez sea ésta una razón adicional por la cual se lee la mayor parte de la Hagadá antes de la comida, para mantener a las mujeres en la mesa, libres de sus tareas en la cocina por unas horas más. Las mujeres están obligadas a beber cuatro copas de vino durante el Seder, y tomar parte activa en todo el resto de los asuntos que se refieren a la Seder. El famoso Maharal (Iehudá Loew ben Bezalel 1520-1609, creador del Golem) explica que mientras que Pesaj, Matzá y Maror se deben al mérito de los Padres, las Cuatro Copas corresponden respectivamente a los cuatro santas madres (Maharal Gevurat HaShem 48).

¿Por qué las Cuatro Copas están vinculadas a Nuestras Cuatro Madres?
Al igual que la parra no puede ser injertada con cualquier otro árbol, y es un árbol modesto en lo más recóndito de la casa, también las madres fueron modestas (Ibid. 60). Abrimos el Seder con la Primera Copa de Kidush. Así las mujeres son las progenitoras que traen la santidad a sus hogares. El hecho de que beber de las Cuatro Copas de vino también continúa después de la comida, simboliza el efecto de larga duración de la sabiduría de las mujeres. El vino alude a las dimensiones internas, ya que dice: “Cuando el vino entra, sale el secreto” (Talmud de Babilonia, Iruvin 55 b). La mujer conectada espiritualmente con las dimensiones internas de la Torá es un reflejo de su realidad física oculta.

La Primera Copa Corresponde a Sará
La Primera Copa corresponde a la primera de las cuatro lenguas de la redención: “Yo os sacaré de debajo de las cargas de Egipto” (Shemot – Exodo 6:6-7) Esta promesa abarca la liberación física. Cuando tomamos la Primera Copa podemos meditar y orar por la eliminación de nuestros sufrimientos físicos como el dolor, la enfermedad, el antisemitismo, el terrorismo, etc. Sará fue la primera mujer que integró la fe pura de Di-s en cada fibra de su cuerpo. De esta manera se creó la genética espiritual de la cual surgiría el pueblo judío. La primera copa es la copa de Kidush que eleva y separa los días sagrados de los días profanos de la semana. Asimismo, Sará, fue la primera mujer en ser separada del resto de la gente en el mundo. ¡Qué podamos aprender de Sará a fortalecer nuestra creencia, incluso si va contra la corriente del mundo, y que seamos capaces de integrar nuestra fe en nuestras tareas diarias en el mundo físico!

La Segunda Copa corresponde a Rivká
La Segunda Copa corresponde a la segunda de las cuatro lenguas de la redención: “os libraré de tu servidumbre”. Esta promesa incluye la liberación tanto de la esclavitud física como de la espiritual. Tal vez no seamos conscientes, pero muchas de nuestras acciones se derivan de las secuencias de órdenes inconscientes impresas en nuestra psique, de heridas de la infancia y de los traumas que causan temores, celos e ira. Aunque Rivká provenía de una familia gravemente disfuncional, fue capaz de curar sus lesiones sicológicas infantiles uniéndose a sí misma a la santidad. Incluso a una tierna edad ella no tenía miedo de distanciarse de su familia, y de su ambiente familiar, con el fin de seguir a un hombre extraño rumbo a un lugar desconocido. Cuando tomamos la Segunda Copa, es bueno meditar y orar por la eliminación de todos nuestros apegos y adicciones. Esta copa tiene también la capacidad de liberarnos del régimen de llevar a cabo las mitzvot sin convicción y entusiasmo, sólo por costumbre o porque “se espera de nosotras que”. Rivká estaba enteramente en contacto con su alma, y ​​ todos sus actos estaban impregnados de su espíritu de entusiasmo y devoción. La Segunda Copa corresponde a la lectura de la Hagadá. Así como la Hagadá comienza con desgracias y tragedias, pero concluye con alabanzas (Talmud de Babilonia, Pesajim 116), por lo que emanó Rivká de las espinas de su cuna, pero se convirtió en una eterna rosa (Vaikrá Rabá 23:1). ¡Que podamos aprender de Rivká a desprendernos de todas las influencias negativas de nuestro pasado!

La Copa Tercera corresponde a Rajel
La Tercer Copa corresponde a la tercera de las cuatro expresiones de la redención: “Os redimiré con brazo extendido”. Di-s prometió llevar nuestra redención en mérito del amor extraordinario de nuestra madre Rajel por el pueblo judío. En su misericordia altruista, superó sus celos y permitió a su hermana a casarse con su amado, con el fin de evitar avergonzarla (Eijá Rabá– Lamentaciones, Introducción 24). Del mismo modo, Israel se merece la redención, cuando superemos los conflictos y celos entre nuestra gente, y aprendamos a unirnos de verdad. Cuando tomamos la Tercer Copa, será bueno meditar y orar por la eliminación de las brechas entre los distintos sectores de nuestro pueblo a través de la tolerancia y aceptación, para que podamos reparar la disidencia y la ruptura entre los hijos de Rajel y Leá. La tercera copa es la de la Bendición de Gracias de después de la comida. La redención es revelar el reino de Di-s en el mundo físico como sustento manifiesto del universo. Esta revelación sólo puede tener lugar cuando hay unidad entre nosotros. El hijo de Rajel, Iosef, fue capaz de llevar el sustento al mundo porque no guardó rencor, sino que perdonó a sus hermanos por lo que le habían hecho. Por otra parte, Rajel fue el pilar de su casa, y la bendición de sustento en la casa viene por el mérito de la mujer (Talmud de Babilonia, Baba Metzia 59 b), que hace a la paz -Shalom – residir en su hogar. ¡Que logremos aprender de Rajel ir más allá de nosotros mismos por el bien del pueblo judío – ayudando a la unión de los sectores dispersos de Israel, y así generar un verdadero amor por el pueblo judío!

La Copa Cuarta corresponde a Leá
La Cuarta Copa corresponde a la cuarta y última expresión de la redención: “os llevaré a mi pueblo”. Después de haber retirado nuestros bloqueos físicos, emocionales y espirituales a través de las tres copas anteriores, ahora estamos listos para actualizar nuestra relación con Di-s y comunicarnos directamente con Él a través de la alabanza y la oración. La Cuarta Copa concluye con el Halel (oración de alabanza) al final del Seder. Lea es la primera persona en dar las gracias en verdad y de alabar a Di-s, cuando en el nacimiento de su cuarto hijo Iehudá, exclamó: “Esta vez voy a agradecer a Di-s” (Bereshit-Génesis 29:35), (Talmud de Babilonia, Berajot 7b). Rav Arosh explica que, aunque los demás desde Adam hasta Abraham, sin duda agradecieron a Di-s antes que Leá, nadie le dio las gracias con su nivel de intensidad consciente. La innovación de Lea fue realmente agradecer a Di-s, incluso por todas las dificultades que había encontrado. Con el nacimiento de Iehudá se dio cuenta de que era necesario y que valía la pena experimentar todo su sufrimiento anterior en aras de dar a luz a Iehudá, padre del rey David y del Mesías.

Cuando tomamos la Cuarta Copa, podremos meditar y orar por el fortalecimiento de nuestra relación con Di-s, para que podamos experimentar la relación con Él tanto durante la oración como en la vida cotidiana. ¡Que podamos aprender de Lea a reconocer siempre, agradecer y alabar a Di-s por otorgarnos su continua bendición!

Mujer, deja que tu voz se escuche

La conexión intrínseca entre Sara, Rivka, Rajel y Lea, y las cuatro copas de vino en el Seder nos enseña cómo cada uno de los cuatro pasos de la redención es en el mérito de una de nuestras matriarcas. El Midrash nos enseña “cómo Di-s nos redimió por el mérito tanto de nuestros padres como el de nuestras madres, como dice (Miqueas 6:1) “Levántate, litiga con los montes, y oigan las colinas tu voz…” Considerando que los padres se corresponden a las montañas y las colinas representan las madres Sara, Rivka, Rajel y Lea. Esto lo aprendemos de la forma femenina del verbo “saber” que se utiliza en el versículo (Batei Midrashot 2, Midrash Alfa Beita, Masejta 315). El Sefer HaJinuj sostiene que tanto hombres como mujeres tienen la obligación de relatar acerca de su salida de Egipto en esta noche (Mitzvá 21) y es precisamente la madre que está llamada a responder el hijo que no sabe preguntar, como dice el texto de la Agadá: “Y tú (en femenino at N.de T.) are [la conversación] para él”. Según Rav Shlomo Zalman Auerbach, la forma femenina de “usted” alude a la obligación de las mujeres de relatar la historia de nuestro éxodo de Egipto (Otzar Mefarshei Ha-Hagadá).

Por lo tanto, mujeres, ¡Recuerden durante la noche del Seder que Di-s quiere oír tu voz!

El artículo ha sido cedido gentilmente por su autora para su traducción y publicación en Mujer y Judaísmo. Publicado originariamente en www.jewishmag.com

Rebbetzin Jana Braja Siegelbaum, nacida en Dinamarca, es fundadora y directora de Midreshet B’eerot Bat Ayin: Estudios Holísticos de Torá para Mujeres. Mundialmente reconocida maestra de Torá y mentora espiritual durante décadas, Jana Braja publicó recientemente su primer libro Women at the Crossroads: A Woman’s Perspective on the Weekly Torah Portion. Jana Braja practica cura espiritual basada en la Torá. Para más información visitar su blog http://rebbetzinchanabracha.blogspot.com/ o contactarse con director@berotbatayin.org

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